Hotel Sheraton Panamá

El Hotel Sheraton Panamá, ubicado en la Vía Israel con calle 77, como mencionó el arquitecto Eduardo Tejera Davis en su libro Guía de Arquitectura de Panamá, fue uno de los hitos arquitectónicos de la ciudad en aquella época. Este hotel fue diseñado por el arquitecto Virgilio Sosa, e inaugurado en 1982. Originalmente siendo un hotel de la cadena Marriot, destacó por su altura y su fachada sobria y elegante, además de contar con variados restaurantes, salas de eventos y áreas comerciales. Esta obra se pensó como una complementación del Centro de Convenciones Atlapa, que se encuentra justo al lado. Ambas edificaciones impulsaron el desarrollo inmobiliario en este sector de San Francisco.

Este hotel ha sufrido algunas modificaciones desde su inauguración, incluyendo la construcción de un ala nueva para salones de eventos, la construcción de el Hotel Aloft justo atrás, un casino y la remodelación más reciente de sus interiores por Mallol y Mallol. Pero las instalaciones que se han mantenido intactas, sin duda son las que más destacan. Entre estas, encontramos las habitaciones, ubicadas en las fachadas más largas del edificio. Si vemos la obra desde Atlapa, pensaríamos que es una fachada recta con las ventanas dando hacia el Corredor Sur, pero si observamos aquella que da justo hacia la Vía Israel, podemos notar que cada habitación está rotada para tener vista al mar, creando una diagonalidad en las fachadas laterales que solo se aprecia si se ve el edificio desde un ángulo perpendicular. Este orden le regala a los huéspedes tanto vistas espectaculares, como protección solar. 

Ubicado en uno de los sitios más transitados de la ciudad, esta obra tuvo que protegerse del ruido del tránsito. Por ende, su entrada principal está en calle 77, ya que no tiene tanto flujo de vehículos, y sus áreas sociales están rodeadas por canchas deportivas y jardines, para aislar al usuario del caos de Vía Israel. Esta obra está bien pensada, y creo que todos hemos estado al menos una vez en alguna fiesta o reunión aquí. Es moderno pero sin exagerar ni empalagar, y la sencillez de su fachada es el misterio que nos invita a entrar y descubrir su belleza y funcionalidad interior.